MUJER MEDICINA QUE SANA
- TIERRA ANCESTRAL
- 1 jun 2018
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La mujer que se ha sanado sabe que ayudar con su medicina a otras mujeres a elevarse y a sanarse es la mejor forma de despertar y elevar el vuelo, el rezo.
La mujer que ha sanado sus heridas sabe que honrar su linaje y el de todas sus hermanas, es atraer felicidad,luz y sanación a todo el tejido universal.
La mujer que ha sanado sabe que la sanación es algo constante, que tiene un principio pero nunca un final, pues sabe que dentro de ella vive una espiral conectada e infinita, que en cada ciclo, y en cada fase lunar la invita al acecho, a no descuidar su cuerpo,su energía, sus emociones, ni su centro neutral.
La mujer que ha sanado comparte toda su sabiduría y medicina de manera incondicional,desde su corazón más puro, desde su misión astral, pues sabe que siempre será recompensada de mil y una maneras por sanar y despertar conciencias.
La mujer que ha sanado ya no tiene necesidad de juzgar o sentirse juzgada, no necesita del permiso de los demás salvo el suyo propio, ya no es esclava de esos zapatos que tanto la apretaban y no le permitían andar, la mujer que ha sanado sabe que ella es la dueña de su propio destino y libertad,ha dejado de culparse o culpar a otros, simplemente ve en cada fracaso una oportunidad de renacer y volver a brillar.
La mujer que ha sanado sabe que su mejor medicina es el amor incondicional hacia todos los seres con los que comparte su existencia en esta bella tierra, sabe perfectamente a qué sabe su medicina pues antes de ofrecerla al mundo, bebió de ese veneno, lo integró y transmutó en esa bella poción medicinal para con los demás.
La mujer que ha sanado sabe que su cuerpo está compuesto de los mismos elementos que contiene la naturaleza, por eso trata de no dañarla y enseña a sus hermanos y hermanas, hijos e hijas a respetarla, a bendecirla y a honrarla.
La mujer que ha sanado sabe que su útero no es un lugar para albergar dolor, sabe que es un lugar donde se gesta la magia y la vida y es donde ella guarda su poder de creación y manifestación.
La mujer que ha sanado sabe bendecir su camino, sus ritos de paso y el de sus hermanas, pues sabe que bendiciendo el de las demás, bendice el suyo propio, añadiendo una perla más en éste bello y tan extenso tejido universal.
La mujer que ha sanado ya no mira atrás, pues sabe que cada paso andado y marcado en la tierra queda reflejado en el pergamino del linaje de su alma, ahora sólo mira al frente,enfocada en su horizonte donde un bello sol le muestra el camino de acción durante el día y donde durante la noche la abuelita luna en su ciclicidad uterina la guía.
La mujer que ha sanado sabe que para avanzar tiene que haberse perdonado, haberse aceptado , haberse amado y honrado en cada rito de paso.
La mujer que ha sanado sabe que llevar cualquier ritual a la vida cotidiana es crear belleza, abundancia y armonía a su alrededor.
La mujer que ha sanado desea elevar el rezo en el cielo , por ella, por sus hermanas y hermanos, por la unión, el perdón, la sororidad y la compasión y EL AMOR.
ASÍ SEA, HECHO ESTÁ, AHÓ.
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