LA HERIDA ANCESTRAL

TIERRA ANCESTRAL
20 may 2018
3 Min. de lectura

¿Alguna vez te paraste a sentir a una ancestra en la quietud?

¿ Alguna vez sentiste que una herida y un patrón se repetían una y otra vez en tu vida sin comprender porqué?

¿ Sentiste una herida ancestra y añeja reflejada en tu vida actual como la luna llena se refleja en el mar?

Esta mañana "por casualidad" me crucé con una canción que me mueve las entrañas, que al oírla me sumerge en un océano del tiempo para llevarme muy muy lejos.

La escuchaba y sin darme cuenta mi cuerpo comenzó a danzar, mi cuerpo y mi alma se movían frente a un espejo, sintiendo cada movimiento que nacía desde muy dentro, cada paso, cada

giro, cada salto, cada gemido agarrado y desbordado.

Tenía un velo de seda rojo muy cerca y ella , mi ancestra,me pidió que lo cogiera.

Mi cuerpo seguía moviéndose sin parar, contando una historia, expresando una verdad, una vivencia no contada y amputada, mi ancestra a través de mi cuerpo, se dispuso a hablar.

Sentía su dolor recorriendo mis muslos, un encogimiento en el corazón, en mi pecho, en mi fuero más interno.

Danzaba con la mirada fijada en ese espejo que a través de mis movimientos tanto expresaba, tanto reflejaba.Sentía cada verso en cada movimiento. Danzaba y miraba ese cuerpo, esa mirada, ese alma expresando esa historia tan desgarradora que no le permitieron contar mucho tiempo atrás.

Sentí que esa emoción activada y esa memoria por fin salía de mi jícara sagrada, por fin se elevaba. Se retiraban sus raíces de mi matriz, subía cual serpiente en espiral recorriendo mi cuerpo, pasando y enroscando mi corazón hasta superar el puente de mi garganta para salir expresada en gemidos de profundo dolor.

Dejé que esa desconsolada ancestra se expresara, le di mi voz, le presté mi cuerpo, mis piernas, mi amor, mi agua de mar para llorar y dejar salir ese lamento que tanto le hacía atormentar.

Desde mi silencio, tomé consciencia de ésta danza, de éste hecho, de ésta vivencia, reconocí su historia como mía, reconocí a esta ancestra en mi linaje, le di su lugar en el tejido universal para que desde el amor y el acompañamiento dejara ésta vivencia marchar .

Honré su historia, honré sus pasos, honré su camino.

Y tras eso...volvió la paz, aquella ancestra por fin pudo descansar en su verdad.

No debo ponerle más palabras a este hecho, pues por respeto, siento que ésta historia al igual que a mi me fue entregada yo debo contarla, de igual manera, con la misma belleza, desde la delicadeza que se merece, a través de la danza; por ello pronto grabaré un vídeo, pues siento que muchas de vosotras os sentiréis reflejadas y veréis en mi el reflejo de vuestras historias amordazadas.

En nuestro útero guardamos toda la información de nuestro linaje y el de todas las mujeres del tejido universal, de nuestras vivencias y las de nuestros ancestros y ancestras. Todas esas memorias que permanecen activadas y no sanadas nos enferman, enferman nuestro útero, nuestro cuerpo, nuestra alma. Ensucian nuestras aguas sagradas.

Dichas memorias sin sanar, se expresarán una y otra vez en nuestro linaje, patrón tras patrón, vivencia tras vivencia, de generación en generación hasta que alguien por fin decida darles luz y voz,

darles un lugar donde flotar por fin libres y en paz.

Sanando tu útero y tus historias,

sanas los de todas,

honrando tu camino y el de tus ancestras,

honras el camino de todas,

de las generaciones pasadas,

de las presentes,

y de las siete futuras que están por llegar.

" Si sanas tú, sanamos todas"

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